Marin¹ \ma*rin”, sus.
apellido español / único sentido común entre las participantes
Inferno¹ \In*fer”no, sus.
regiones infernales / infierno
Laura: Diana, ¿cómo se define ‘inferno’?
Diana: (picando cebolla)… póngale ‘hueco de honestidad asesina, nuestras garras…a donde pocos quieren ir, pero todos van a llegar…’.
La crítica no necesita de objetividad para ser válida, puede bastarse de fundamentos acordes a la temática, estilo y tal vez lo más importante en este caso: contra argumentación entre dos cabezas.
Diana Marín, 29 años, geóloga/geofísica, mueve las caderas con Alice in Chains y canta pasionalmente Al Green cuando cocina; Laura Marín, 19 años, fotógrafa, se pone feliz con la voz depresiva de Hot Chip, y pone NIN para lavar los platos.
La melomanía se les mete al tuétano. ¿Brecha generacional? Inmensa, pero no importa. ¿La experiencia? Una tiene las suyas, la otra tiene las otras, y juntas, conforman el MARINFERNO, porque dos mujeres nunca hablan sólo por hablar.
Siéntase voyerista. Lea, sienta, escuche y diviértase.
MARINFERNO ENTREGA #1: Carlos Reyes y la Killer Band.
Fundación Gilberto Alzate Avendaño.Octubre 27 de 2009.
Bogotá.
Escena # 1: Hall Gilberto Alzate Avendaño.
Laura: ¿Y por qué no le dicen Charlie King?
Diana: Así le dicen! O también el Blind…
Diana: Bueno y? Primera impresión?
Laura: Son muy buenos músicos….
Diana: Pero me lo dices como cuando uno habla de un tipo y dice: “él es muy buena gente” por no decir que es feo?
Laura: No. Realmente, son muy buenos músicos.
Escena # 2: Libertador Grand Bar
Laura: Bueno Diani…y ¿qué fue eso?
Diana: Little Marín…mmm…(AL BARTENDER) sí…gracias, dos Glenfiddich doce años por favor (SIGUE CON LAURA), te voy a ser sincera, yo creo que lo que hace Carlos Reyes ahora es tomar el rock, el metal, el blues, el jazz, el swing, la música andina, el rockabilly, el surf, la cumbia y hasta el torbellino… meterla en una olla de barro, echarle papas y hojitas de guasca y que el altiplano boyacense sólo suene a rock n’ roll.
Diana: ¿La voz de Carlos Reyes no te suena aguardientosa como un Tom Waits criollo?
Laura: sí, aunque suene americanoide lo que voy a decir, es como sentirse en On the Road de Kerouac, o en algún episodio borrachín de Hunter S. Thompson.
Diana: Ahh?? No sea geek! Maldita sea! Explíquese!
Laura: imagínate un hombre alto, su sombrero cowboy, viajando en un auto bien destartalado por todo el sur de los Estados Unidos –y el sol así bien picantico-; tarareando canciones clásicas que suenan en una emisora mal sintonizada, fumando marlboro rojo.
¿Ahora sí?
Diana: Jaja! Parce sí! Ahora todo es tan claro!…¿entonces te gustaron el sombrero y las botas?
Laura: pues…sí. Pensándolo bien, ésa sí fue la primera impresión: linda guitarra, bien cuidado el sombrerito, ¿cuántos años tendrán esas botas? Me encantan.
Diana:…sin comentarios.
Laura: Y llegó el momento cálido de la noche con Germán Pinilla..
Diana: Sí señorita…Germán Pinilla y su tren de aire… me siento incapacitada para hablar al respecto, porque en otra circunstancia te dije que “para mí” era el mejor armonicista de Colombia. ¿Qué opinas?
Laura: Tengo que aceptar que de armonicistas sé poco, pero él hizo lo que quería hacer, lo hizo muy bien. Subió cómodo al escenario, La Villa fue placentera, qué arreglos tan complejos, qué manera de hacerlo ver tan simple. Muy humano.
Laura: El baterista, Christian, tiene un buen feeling, pero no lo dejaron lucir.
Diana: En este toque no, pero hay que tener en cuenta que todos los toques en los que yo he estado de esta banda son diferentes, en todos los toques se luce uno diferente…
Laura: Pero sabés que me gustó mucho la forma en la que utilizaba las baquetas… y también como con tanto poder puede llegar a tocar tan suave y lento sin ser aburrido y que le suene bien. Te acordás de lo que hablamos hace unos días, sobre el punch con la muñeca, algo así…
Diana: Sí, es que yo creo que a veces cuando tú conoces muy bien el instrumento, se te abre un mundo de posibilidades, y aún más con la batería; saber cómo sacarle ciertos sonidos, ésos que le saca Bolaños… me encanta cómo explora su instrumento.
Laura: Exploran, eso es. Tienen su chispa experimental, y ésas señales de vida –entrada y salida de instrumentos, voces-, fueron ligeros, pero la interacción entre ellos no pasó nunca por alto.
Diana: Precisamente. Como la sutil mirada entre uno y otro para darle la entrada a un solo, y cómo esa impalpable felicidad cuando tú tienes un bajo acústico (hermoso, por cierto) y y lo ejecutas con la habilidad y la entrega que lo hizo William, sabes que has hecho algo bueno en la vida, que al menos tus últimos años de dedicación no han sido en vano, así como vos y yo, cuando hablamos por hablar, escribimos por escribir y sentimos por sentir.
Laura: Whoooa! Espere, eso está emocionante, y hablando de lo pasado, la historia, ¿por qué no acoplarse al rock and roll en inglés? La voz de Carlos cuando canta en inglés es espesa, gruesa, melancólicamente apropiada para la música que están haciendo, pero en español no me parece flexible, sino un tris forzada…
Diana: Lo de la voz ocurre, creo, es por que Carlos siempre ha tenido esa tendencia anglo, y creo que ésta es la primera vez que hace algo en español. Me imagino que para darle identidad a ese rock n’ roll bogotano.
Y sí, yo hoy me bajé de subjetividades, y sabés que sí? Me encanta, porque es una propuesta muy del rock n’ roll de acá, y están tan parados y son tan buenos músicos, que aunque la voz no sea la mejor, la composición es honesta, más de lo que pensé, sólo por eso uno se enamora. Las letras hasta me ponen a llorar. ¿Qué me dices de “Lo que queda de mí?” aunque también me descompone la versión que le tienen a “Desconfío”. Aunque todo hay que decirlo, no me gustó la canción que suena a punk, y la verdad yo me enamoré de esa escuela Johnny Cash que Carlos Reyes y la Killer Band hacen tan bien. Podría aseverar que el blues y esta onda renació en esta escena por esos intereses particulares de este señor, su banda y su combo…y que ahora estamos viviendo sólo el comienzo de algo grande, como todas las revoluciones que se han dado este año.
Laura: que siempre se han dado, que seguirán dándose. Su versatilidad no se convierte en algo extravagante, miden la amalgama, y es que… ¡es que son tan precisos!
Diana: Hmmm…Pavel (el invitado a la trompeta en el cover de Hell de Squirrel Nut Zipper), es tan bueno. Aunque me gustaría que dejaran de experimentar tanto con los covers que uno quiere escuchar tal cual, y más teniendo en cuenta que en diciembre llegan los dueños de la canción. Menos mal, al final, sonó como esperaba que sonara.
Laura: sí, que se luzcan con sus canciones, no con los covers.
Diana: Bueno…o nos vamos o me quedo empeñada…
Laura: ¿y para dónde vamos? :D
Diana: Para la casa! Excelente noche,
Laura: buenos músicos,
Diana: y el lanzamiento del disco es dentro de poco! Estaré esperando….
Laura: ¡hah! te llamo cuando llegue.
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